Amor, que me vez venir y me esquivas,
Despliegas ante mí, una coraza
Te vuelves invisible.
Provocas, mi llanto e invocas a mi tristeza,
Me invitas adentrarme, al laberinto de los sueños perdidos.
¿También, estarán allí mis ilusiones y sentimientos?
Me ocultas, los besos y las sonrisas,
Trato de armar mi vida, como a un puzle.
Si lo logro, quizás ahí este mi felicidad… ¡vale la pena intentarlo!