
Estoy a dieta de sentimientos
por los besos que no llegan,
caricias que no me tocan,
manos frías que no palpan mi cuerpo,
sentimientos aislados,
susurros que no escucho,
miradas que ya no me miran,
noches oscuras,
tormentas de verano,
hojas escritas tiradas al viento,
gritos que traspasan las montañas en forma de ecos,
café frío por la mañana,
sabanas que se convierten en mi único abrigo,
flores marchitas del desamor.